¿Por qué escribo? Escribo para ser feliz me paguen o no por ello. Es una enfermedad haber nacido así. Me gusta hacerlo. Lo cual es aún peor. Convierte la enfermedad en un vicio. Además, quiero hacerlo mejor de lo que nadie lo haya hecho jamás. (Ernest Hemingway)

No escribo porque me sobra el tiempo, lo hago porque me hace realmente feliz. El verme esenciada en mis personajes, más humana, más cruel...realmente no tiene precio.





viernes, 28 de diciembre de 2012

Las cosas que hemos aprendido


Todo comenzó con una publicación, pero la lista se hizo realmente larga. Lo comparto con todos ustedes.
Un agradecimiento a Héctor, dueño de la mitad de la lista de cosas aprendidas.



  • Aprendí que hay que confiar en la intuición, generalmente te revela las verdades más duras.
  • Aprendí que no se debe dar nada por supuesto. Aclarar las cosas evita malentendidos en futuros cercanos.
  • Aprendí que equivocarse es necesario para crecer.
  • Aprendí que a veces las verdades más grandes tardan un tiempo en salir a la luz.
  • Aprendí que no importa lo difícil que sea una situación, pronto será tan solo una anécdota que contar.
  • Aprendí que todo pasa y la vida continúa. Los buenos y malos momentos, tarde o temprano solo serán recuerdos, de ahí la importancia de disfrutarlos.
  • Aprendí que mucha gente procurará alejarte de tus ideales y humillarte por tus sueños, esa gente son los desertores de la vida y quieren convertirte en uno de ellos.
  • La vida está llena de lecciones, ¿No lo crees? Aprendí que el que no aprende, es porque simplemente no quiere aprender.
  • Aprendí que la felicidad está en ser tú mismo.
  • Aprendí que no hay herida de la cual no nos recuperemos.
  • Aprendí que mis amigos y mi familia son lo más importante y que nada que me aleje de ellos vale la pena.
  • Aprendí que si esperas mucho, sufres mucho y que a veces las cosas se te salen de las manos.
  • Aprendí que la soledad no es un castigo, es un momento privilegiado para conocerte mejor y construir lo que quieres ser.
  • Aprendí que a veces es tan bueno continuar buscando una solución así como sentarte, leer un buen libro y empezar de nuevo.
  • Aprendí que una sonrisa y buen humor te abre muchas puertas.
  • Aprendí que el que quiere, siempre encontrará la manera y el que no, solo excusas.
  • Aprendí que la realidad es consecuencia de nuestras acciones, por lo tanto toda mala acción se paga tarde o temprano y la vida no es muy piadosa.
  • Aprendí que siempre tenemos el "no" y que tenemos que tomar el riesgo de conseguir el "sí".
  • Aprendí que las buenas personas terminan rodeadas de buenas personas, las malas terminan solas o rodeadas de gente vacía, por ello puedes darte cuenta de la clase de persona que eres o que conoces por la gente alrededor.
  • Aprendí que puedes poner todas las barreras que quieras, pero existen personas que llegan a tu vida, se instalan en ella y ni puedes o quieres sacarlas de ahí.
  • Aprendí que el querer proteger algo te otorga una fuerza sublime.
  • Aprendí que siempre habrá algo que nos llene los ojos de lágrimas y que jamás será proporcional a cuan fuerte o débil seas.
  • Aprendí que puedes aprender algo de todos, desde tus mejores amigos hasta tus más acérrimos enemigos, todos tienen algo que enseñarte.
  • Aprendí que el mundo es un libro abierto. Y que el que no aprende a identificar a las personas, es que no ha observado lo suficiente.
  • Aprendí que una mujer puede ser tú más grande impulso e inspiración, o tú más grande perdición, por eso debo seleccionar cuidadosamente quien será mí compañera.
  • Aprendí que puedes amar, pero eso no quiere decir que serás amado.
  • Aprendí que el no arrepentirse de tú pasado te hace apreciar las enseñanzas y aplicarlas en tu presente.
  • Aprendí que siempre sabes lo que sucede, incluso si no quieres saberlo.
  • Aprendí que no hay buenas ni malas personas, tan solo circunstancias.
  • Aprendí que ser desconfiada es bueno, pero ir y decirle a alguien como realmente te sientes, te alivia el alma.
  • Aprendí que sabes que has obrado bien cuando gozas de la lealtad de muchas personas.
  • Aprendí que por cada problema que exista, siempre habrá al menos tres soluciones para resolverle.
  • Aprendí que puedes saber lo que tienes que hacer y sin embargo negarte a aceptarlo por mucho tiempo.
  • Aprendí que estar frustrada es vivir en el pasado y estar preocupada es vivir en el futuro. Y nosotros todo lo que tenemos es el presente.
  • Aprendí que a la gente le gusta hablar de los errores ajenos para poder olvidar los suyos propios, así alivian un poco su consciencia.
  • Aprendí que no importa el qué, debes dar todo de ti y no rendirte.
  • Aprendí que mientras más desesperas en no perder algo, más aceleras el perderlo.
  • Aprendí que incluso si el mundo entero está en guerra, si cierras los ojos puedes imaginar tu paraíso.
  • Aprendí que las personas más peligrosas no lo aparentan.
  • Aprendí que cada día te da una lección y que debes atesorarlas todas por más pequeñas que luzcan.
  • Aprendí que el dolor tiene un motivo, es un maestro que te ayuda a aprender de tus caídas, pero sí no estableces control sobre él, puede sumirte en la ira y la venganza.
  • Aprendí que la soledad a veces solo es un espejismo. El vaso puede estar medio lleno o medio vacío, y todo depende del ánimo con que me haya levantado.
  • Aprendí que la rigidez y la dureza consigo mismo o el resto no es señal de fortaleza, el más fuerte logra ser dulce y amable.
  • Aprendí que las amistades verdaderas van a continuar creciendo, sin importar cuán grande sea la distancia.
  • Aprendía que hacia dónde va mi atención va mi energía y a donde va mi energía, eso crece.
  • Aprendí que cada uno de nuestros movimientos genera acciones importantes. Puedes hacer mejor o peor el día de alguien con solo un gesto o palabra.
  • Aprendí que el amor es ciego hasta que aprendes a usar la razón y el entendimiento.
  • Aprendí que no basta con perdonar a otros, a veces tienes que perdonarte a ti mismo.
  • Aprendí que todas las personas usan máscaras con las que actúan en la obra llamada vida, no me corresponde juzgarlas, simplemente cumplir bien mi papel.
  • Aprendí que somos lo que queremos ser, y siempre podremos ser más que tan solo eso.
  • Aprendí que la gente cultiva su mente y su físico pero se ha olvidado por completo de su espíritu.
  • Aprendí que todos, en el fondo, sienten miedo. Parte de lo que son, está basado a lo que le temen.
  • Aprendí que no debes tener miedo de temer, debes temer que el miedo no te deje hacer lo que debes hacer.
  • Aprendí que el día podía ser realmente malo, pero el que decide estar mal, eres tú.
  • Aprendí que tus verdaderos amigos estarán ahí siempre, incluso sí no lo mereces, por ello es tú deber merecerlo.
  • Aprendí que todos mueren, pero no todos realmente viven.
  • Aprendí que después de toda tormenta llega la calma, y la suma de las tormentas en tú vida hace que cada vez logres más periodos de calma.
  • Aprendí que si algo te hace feliz y no daña a nadie, no tienes que dejar de hacerlo. Al final de día, todo lo que queremos es ser felices.
  • Aprendí que el principio de cambiar tú alrededor es fortalecerte a ti mismo.
  • Aprendí que la distancia duele, sobre todo porque no sabes si te están olvidando.
  • Aprendí que amar también significa aprender a dejar ir.
  • Aprendí que todos te harán sufrir tarde o temprano pero debes decidir por quién vale la pena sufrir y sobre todo por quién debes desistir y dejar de ceder.
  • Aprendí que para lograr mí gran sueño contaré con la ayuda de grandes médicos, no necesito hacerlo solo.
  • Aprendí que si el recuerdo te hace sonreír, aquel momento valió la pena.
  • Aprendí que mis amigos son tan leales que detestan a todos los que me han hecho daño.
  • Aprendí que lo que realmente me hace feliz es tan necesario como respirar. Ambas cosas me mantienen viviendo.
  • Aprendí que la clave para aliviar tu ira y deseos de venganza es comprender lo que motivó a tu enemigo a dañarte en primer lugar.
  • Aprendí que somos como una caja de combos, tus virtudes y defectos vienen junto a este. Las personas que aceptan tus virtudes, aceptan tus defectos y viceversa. "Ella es tan desconfiada...él ama tanto...ella lucha tanto...él triunfa tanto..." todo va cargado con el mismo paquete. Aprendí que para juzgar deberían colocarse en el zapato ajeno, y en vez de valorar o ridiculizar un perfecto o desperfecto deberían intentar comprender el sujeto en total.
  • Aprendí que una persona puede llegar a tú corazón en pocos meses de forma más profunda que otras personas en años.
  • Aprendí que no se necesita de años, un solo segundo puede hacer la diferencia y eso lo cambia todo.
  • Aprendí que no sabes cuan fuerte eres hasta que tienes algo o alguien a quien proteger .
  • Aprendí que nada vuelve a ser igual dos veces.
  • Aprendí que poder hacerle daño a alguien no te da el derecho a hacerlo.
  • Aprendí que se puede volver a sonreír, incluso cuando partes de ti se estaban muriendo.
  • Aprendí que muchas veces la mejor cura para un paciente es tu amabilidad, tu paciencia y tu sonrisa.
  • Aprendí que un elogio sincero puede hacer feliz todo el día de una persona.
  • Aprendí que puedo ser seria y cruel, pero con ciertas personas soy el ser más cariñoso del mundo.
  • Aprendí que la persistencia conquista lo que la dicha no alcanza.
  • Aprendí que amo ver la pasión en los ojos de las personas. Pregunta a alguien lo que le apasiona, sus ojos tomarán un brillo único.
  • Aprendí que sí observas atentamente puedes obtener mucha información rápida de tu objetivo.
  • Aprendí que vida es la gente que conoces y las cosas que creas junto a esas personas.
  • Aprendí que a veces es bueno actuar como un niño pequeño, libera tu alma, te hace reír y alarga tu vida.
  • Aprendí que todos somos buenos y malos, todo depende de a qué parte de ti le des más vida.
  • Aprendí que todos tenemos un demonio interno que no debemos domar sino al cual debes aceptar pues encierra nuestra más pura esencia.
  • Aprendí que hay personas que tienen la intención de hacerte daño, pero también hay personas que les duele cuando estás herido.
  • Aprendí que cuando una persona quiere estar a tú lado razones faltan y cuando no, excusas sobran.
  • Aprendí que muchas personas pueden quererme por lo mejor que hay en mí, pero que siempre querré quedarme con los que puedan soportarme, vean lo malo e, incluso así, me quieran.
  • Aprendí el valor de la paz interna y del infierno que conlleva perderla.
  • Aprendí que si no te gusta algo, no tienes que hacerlo y eso no significa que los demás tampoco deban no hacerlo.
  • Aprendí que sí mucha gente repite algo, no necesariamente es una verdad sin embargo es prudente tenerlo en mente.
  • Aprendí que incluso si nada tiene sentido, debes respirar y disfrutar de todo ello.
  • Aprendí que de vez en cuando debo dejar que la vida siga sin un plan.
  • Aprendí que nadie en su sano juicio dejaría de hacer algo que le hace feliz, realmente feliz.
  • Hemos aprendido bastante. Estamos vivos y cada segundo nos permite conocer, discernir, vivir algo nuevo. Aprendí que la vida es justo esto.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Capítulo 9: Dos llaves, una carta y una historia



El alma de una suicida
Capítulo 9: Dos llaves, una carta y una historia

Quedé pasmada ante lo que me contaba. Nunca hubiera pensado que esa mujer ya no existiera.
Me alejé de ahí sin dudar. No tenía ninguna pregunta que hacer a esa  joven. Volteé a ver, se la veía solitaria, como si le faltara algo. La sombra que me observaba, también se había escabullido por algún rincón del barrio.
Me sentía frustrada ante lo que sucedía, la anciana estaba muerta, Melinda desaparecida y yo no tenía ninguna noticia nueva de Alfonso. Al parecer el mundo entero conspiraba en mi contra.
Reí ante mis propios pensamientos y caminé, sin rumbo alguno, por las deshabitadas y sucias calles.
-¿Algo ha pasado en mi ausencia?-pregunté a Tim al llegar a casa.
-Sí. Te han dejado una nota en la puerta-respondió subiendo por las escaleras-la dejé en la mesa.
¿Una nota?, me acerqué con rapidez a la gran mesa y cogí el ultrajado papel entre mis manos. La anotación era lo suficientemente clara, como para no dudar de mi siguiente destino: la casa de la suicida.
                          Me encontrarás en la casa de la mujer de mi ex novio
                                                     Con cariño: Violeta.
Arrugué el papel y lo escondí en el fondo de mi pantalón. Salí de mi casa con la adrenalina a cuestas. Tomé el primer taxi que vi a la mano, solo quería abrazar a mi amiga.
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domingo, 23 de septiembre de 2012

Capítulo 8: Entierro de los años

El alma de una suicida
Capítulo 8: Entierro de los años

La nueva mañana del mes de Agosto nos recibió pensativas. Habían pasado dos semanas  desde nuestra última visita a ese barrio. Nos habíamos detenido en volver a entrar a la casa de Alfonso, teníamos muchas preguntas sin respuesta, demasiadas para mi poca paciencia.
-¿No deberías ir a la universidad?-me recordó Melinda.
-Tengo clases en tres horas-avisé-ya mismo me alisto.
Me quede viéndola, seguía pensativa. Al parecer no se podía quitar las dudas de la cabeza, se clavaba las uñas en su largo cabello de la amargura. Ella estaba tan metida en aquella búsqueda como yo.
-¡No lo entiendo!-exclamó furiosa consigo misma, mientras apretaba sus puños con fuerza-he intentado buscar todas las posibles razones por las cuales esa joven nos mintiera, simplemente no lo entiendo.
-Cálmate-le pedí-no creas que yo no estoy en las mismas. No hemos ido a esa casa, pero aun así es imposible saberlo sin tener esa llave, o lo que sea que abra ese relicario.
-Debí haberme sustraído ese relicario de aquella casa-manifestó lanzándose a la cama que juntas habíamos construido en el piso.
-Y eso que eras tú la enojada por haber robado una llave de una tumba-reproché sonriente-ya cálmate, no me hagas perder la poca tranquilidad que me queda.
-Tranquilidad es lo que yo no tengo-afirmó en un largo suspiro, que me pareció una eternidad-quiero conocer toda esa historia, no viviré tranquila hasta que no encontremos a esa niña.
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martes, 11 de septiembre de 2012

Estoy cansada

Aún me faltan siete días de espera, días que prometen ser tormentosos.
Jamás he sido paciente.
Soy de aquellas que ni siquiera puede dormir si no ha terminado de leer un libro.
Y como digo, aún me quedan siete días, siete largos días.
Tengo un pie dentro y el otro fuera.
Malabareo entre la locura y la cordura intentando encontrar mi equilibrio.
Y estoy cansada, de seguro lo estoy.
Descansar me obliga a pensar y pensar es justo lo que no quiero hacer.
Pensar en el pasado, en el presente y en el futuro.
La historia del pasado ya contada, ya escrita con tinta permanente.
El presente, torneándose cada tanto con la realidad y mi imaginación.
Y el futuro. Ese misterioso camino sin tomar, sin rumbo, aún no encontrado.
Y tengo miedo. Miedo de lo que sucederá, de no caminar por el sendero correcto.
Miedo de no encontrarme incluso si no me estoy buscando.
Esperar es doloroso y más para quién no conoce de paciencia.
Esperar es todo lo que me queda aunque no lo quiera.
Me sumergiré en nuevos libros, nuevas historias, nuevos mundos.
Me permitiré ser el personaje, el protagonista de otra vida.
Al final de día, es lo único que me relaja, me llena, me calma.
Es lo único que me hace feliz.
Y todos queremos ser felices.

lunes, 20 de agosto de 2012

Sueña

Cierro los ojos y el mundo pierde sus límites, se vuelve otro lugar. Un lugar menos realista, menos geométrico, para soñar y divagar.
 
Entonces sueña, divaga conmigo. Teje un mundo nuevo desde los hilos de tu mente. Brillantes u opacos, oscuros o claros. Solo aspira, anhela, disfruta, pretende.

domingo, 29 de julio de 2012

Capítulo 7: La llave del relicario


La llave del relicario
El amanecer me recibió aún dormida. Pestañeé varias veces, cuando vi el reloj: mediodía. ¿Cuánto había dormido?
Me había quedado toda la noche en vela, intentando pensar o llegar a alguna conclusión, del porqué aquel hombre me seguía. Toqué mi bolsillo esperando encontrar la llave, ahí estaba, la pruLeba tangible de que saqueé una tumba.
-Al fin despiertas, mamá se fue en la mañana-avisó Jacob-creí que no te levantarías de la cama.
-Anoche no pude dormir bien-señalé-estaba pensando en muchas cosas.
-Hace como una hora llamó tu novio-me informó-sería bueno que lo visitaras.
Acto seguido se alejó. Lo llamaría a Jeremy luego, ahora tenía que ir a aquella casa. ¿Qué cosas encontraría allí?, ni yo lo sabía.
Me estaba metiendo en un problema, al que nadie me había invitado y aún así no me importaba.
Lo mejor sería ir en la madrugada, así no levantaría sospechas.
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Capítulo 6- La lápida Valente

La lápida Valente
Llegué a casa a punto de estallar. Luego de ver al sujeto esconderse al darse cuenta que noté su presencia, pagué al taxista y entré de inmediato a mi hogar.
Jacob me esperaba en la puerta, ¿Qué habría pasado?
-Problemas-dijo, como si leyera mis pensamientos-llegó papá.
¿Cómo pude olvidarlo?, los tres meses del viaje de mi padre ya habían transcurrido y aquello solo significaba una cosa: mi libertad estaba restringida en el lapso de una semana.
Mi padre viajaba siempre, en mis recuerdos siempre ha sido así. Mi progenitor, era de aquellos que con su presencia, hacía temblar a cualquier que amara su vida. Él es uno de los miembros de la corte de justicia, designados por el senado y claro está, por el presidente. Lo que lo hacía un hombre de fuerzas tomar y de temer, por supuesto. Las ciento veinte horas que la suprema justicia, creía que nos regalaba para disfrutar con nuestro padre, solo daba a la resolución de problemas.
No debíamos actuar, si no se nos pedía con anticipación. No debíamos salir si él no lo deseaba. Y sobre todo, no debíamos hablar si él no lo quería. Nunca supe, el por qué su actitud era así, pero no es algo que pueda preguntar.
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domingo, 5 de febrero de 2012

Capítulo 5: En busca de la hija perdida

EL ALMA DE UNA SUICIDA
Capítulo 5: En busca de la hija perdida
En busca de la hija perdida
-Víctor, ¡Eres un tonto!-grité al soltar el abrazo de mi opresor-¿Qué estupideces cruzan por tu cabeza?
-Cálmate Elisse. No te alteres-pidió-cálmate.
-¿Qué no me altere?-pregunté-¿Cómo malditamente quieres que no me altere, si forcejeas la puerta a punto de tirarla a patadas?
Normalmente no me enojaba tan fuertemente. El realmente me había asustado, tanto, que podría haber muerto del miedo.
-Oye-dijo poniendo sus brazos en mis hombros-yo no pateé tu puerta, y solo la forcejeé una vez.
Me quedé muda por lo que me acababa de decir. Si él no era el que forcejeó y pateó mi cabina, ¿quién habría sido?
Las personas habían salido de sus cabinas. Algunas se encaminaban en sus destinos, mientras otras, que lideraban la mayoría, nos observaban. Mis gritos le habían llamado la atención.

viernes, 3 de febrero de 2012

Capítulo 4: Viaje por el tren de los sueños

EL ALMA DE UNA SUICIDA
Capítulo 4: Viaje por el tren de los sueños
Viaje por el tren de los sueños
Jeremy se encontraba mejor cuando lo visité. Habían pasado dos semanas desde aquel incidente.
 Aún tenía a la suicida conmigo. Siempre que quería regresarla debía hacer algo más importante. El correr de la pluma no había cesado en el tiempo transcurrido. Tenía muchas interrogantes para ella, pero prefería ni escribirle.
La suave brisa me recordó que debía bajar a desayunar. Ya era casi mediodía y no había podido dormir la noche anterior, por lo que me encontraba cansada y con mucho apetito.
Las deliciosas tortillas mientras se freían, provocaban en mi estómago un gruñido sin igual.
-Creí que no te levantarías-mencionó Jacob, en la cocina-deberías dormir mejor, te veo un poco pálida.
-Así he estado desde hace tiempo-manifesté-pero no te preocupes, estoy sana.
-Comerás el desayuno con el almuerzo-reprochó-eso no suena a ti.
-No es mi culpa. No puedo dormir-sinceré, al ver la misma cara de reprobación que me venía dando desde una semana atrás.
-No has estado leyendo de nuevo en las madrugadas, ¿Verdad?-interrogó indiferente.

Capítulo 3: El correr de la pluma

EL ALMA DE UNA SUICIDA
Capítulo 3: El correr de la pluma
El correr de la pluma
El alba alcanzaba su punto máximo cuando desperté. Mamá seguramente había llevado a Tim a su cama mientras dormíamos.
 Era mi turno de hacer el desayuno, así que el olor deleitoso de comida recién hecha, no llegaban hasta mí.
Abrí el libro de la suicida con la intención de saludar, pero mi celular empezó a sonar, era mi hermano, llegaría en cualquier instante y tenía hambre. Cerré el libro y corrí a la cocina para cocinar lo más rápido que se me ocurriera.
-¿Qué haré?-pregunté en voz alta.
-Dejarme dormir, por ejemplo-pidió Tim, sarcástico. Con todo mi revuelto había logrado despertarlo.
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Capítulo 2: La musa escondida

EL ALMA DE UNA SUICIDA
Capítulo 2: La musa escondida

Pasé tres largas horas decidiendo si escribiría o no. ¿Qué pasaría?, acaso…
¿El libro me respondería?
No, eso no era posible. Y como no lo era, entonces podía escribir cualquier cosa. Aunque aún estaba la duda, entonces, ¿Escribiría un hola?
¿Debería escribir un hola?
Era tan solo un libro. Sin autor, sin año de escritura, ni imprenta. Tan solo un libro vacío. Leer la segunda obra de Rowling me estaba afectando. Ahora me sentía el pequeño niño mago cautivado por un libro misterioso.
Aún así, nadie lo sabría. Nadie respondería. Podía ensoñar con lo que quisiera.
¿Debería escribir un hola?
Me decidí por algo con más temperamento.
-¿Quién-dudé, al trazar mis letras-o qué eres?
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jueves, 2 de febrero de 2012

Capítulo 1: Carta de una suicida

EL ALMA DE UNA SUICIDA
Capítulo 1: Carta de una suicida

El brillante sol, que filtraba sus rayos por los tragaluces de mi cuarto, me acababa de levantar. En un ágil movimiento me levanté de mi cama, cegada por el olor de los panqués de mi madre recién preparados, que a pesar de estar en la cocina habían llegado a mis fosas nasales.
Corrí por toda mi espaciosa habitación, para ducharme y vestirme con rapidez. El nuevo olor del chocolate caliente ya me tenía totalmente cautivada. Bajé los escalones de dos en dos, saltando, esperando llegar antes de que mis dos hermanos lo hicieran.
Sonreí como siempre y mi madre me respondió igual.
-Tu padre ha madrugado-me dijo-si no te apuras, tus hermanos no dejaran ni señas del desayuno.
-Si yo no hago primero lo mismo-reí con ironía.         
-Te he escuchado, muchachilla tonta-gritó el mayor, mientras mi hermano pequeño se refregaba los ojos intentando no dormirse en el plato.
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