¿Por qué escribo? Escribo para ser feliz me paguen o no por ello. Es una enfermedad haber nacido así. Me gusta hacerlo. Lo cual es aún peor. Convierte la enfermedad en un vicio. Además, quiero hacerlo mejor de lo que nadie lo haya hecho jamás. (Ernest Hemingway)

No escribo porque me sobra el tiempo, lo hago porque me hace realmente feliz. El verme esenciada en mis personajes, más humana, más cruel...realmente no tiene precio.





domingo, 23 de agosto de 2015

Siempre fuiste mejor escribiendo historias que yo

Siempre fuiste mejor escribiendo historias que yo.
Probablemente sea porque has vivido más años o quizá simplemente el que tengas más imaginación, ese siempre será otro de tus misterios.
Siempre podías endulzar tus verdades y mentiras, difamarte a ti mismo y descomponerte hasta reducirte a la nada. Escalar y luego hundirte, hacer promesas con la esperanza sincera de conseguirlas y la agonía perpetua de que no te dejarían volverlas real.
Nunca quise mentir, no con un propósito al menos, nuestra única carta a usar siempre fue la honestidad, aunque esta pudiera ser dolorosa o demasiado emotiva algunas veces. ¿Si iba a herirte, por qué no con la verdad?
No, nunca fuiste parte de mis alegrías, nunca fuiste parte de mis tristezas, nunca te dejé serlo y no hay forma de que sienta remordimientos por ello. Te quería para todo pero no te necesitaba para nada y no hay forma en este mundo en que realmente me hubiera aferrado cuando siempre supe que tendría que soltarme y que la caída iba a dolerme.
Ódiame tanto como prefieras, incluso de conocernos. Culpa a la vida si deseas, cúlpame a mí, probablemente solo sea mi culpa de todas formas.
Te conozco, reconozco tus medias tintas, tus medios sueños, tus medias verdades todas retocadas con tu imaginación. Nunca me engañaste. Tú solo fuiste el mejor de los farsantes, pero también siempre he sido la mejor lectora de mentiras.
Siempre fuiste el mejor inventando historias, fue esa la razón de que me hicieras amarte.

Fue precisamente esa la razón por la que decidí amarte.