Querida Johanna:
Estoy haciendo esta carta pública en el mismo instante en que la estoy escribiendo por una sola razón: no quiero que olvides tus propias palabras.
Estoy haciendo esta carta pública en el mismo instante en que la estoy escribiendo por una sola razón: no quiero que olvides tus propias palabras.
Durante años eres la única persona a la que he observado realmente, a la que he querido conocer y comprender. También eres la única persona que sé que puede sostenerme y la única que tiene el poder de destruirme.
Cariño mío, ¿no estás lo suficientemente cansada? Te veo cada mañana y sé con cuánto ahínco tratas de crear situaciones cómodas para todo el mundo, ¿pero a veces también no deseas solo quedarte en cama y ver como el tiempo solo pasa frente a tus ojos?
Déjate ir, permítete ser libre, siente exactamente lo que fluye por tu mente, independientemente si eso hará feliz a cada persona a tu alrededor o no. No les has hecho ningún daño a propósito, nunca los has juzgado realmente y no le pedirías nada que no fuera que se entregaran a sí mismos y sean felices; les has pedido por años que te encantaría que pudieran verse a través de tus ojos, que solo así entenderían lo especial y maravillosos que son. ¿Qué tal si probamos exactamente lo que profesas? ¿Qué tal si te permites por dos segundos verte a través de los ojos de ellos y descubres exactamente lo mismo? En el fondo sabes de sobra que ellos también desean tu felicidad, que tienen muchas ganas de que te permitas ser libre.
¿Y tú, tú que quieres?
Nadie te va a recordar precisamente por lo que no dijiste, nadie te amará menos por ser real, y si lo hacen, entonces nunca te amaron desde el principio. Todos pueden amar una puesta de sol, pero tú siempre has sido más de las que comprenden en silencio la luna, ¿podemos dejar que los que nos aman nos comprendan silenciosamente también?
Nunca has creído en los arrepentimientos, crees en el poder de tus decisiones. Cree en mí, confía en que cada hombre y mujer que es parte de tu vida en este momento entenderá que has dado lo mejor de ti, que nunca quisieras hacerles daño y que si eso sucediera te dolería más a ti, que te encanta que existan en tu mundo y que siempre estarán a solo un abrazo de demostrarles cuánto los amas.
Querido lector, no sé qué exactamente te ha traído a mis líneas, probablemente la curiosidad o la amistad que me tienes, pero hoy es un buen momento como cualquier otro para que trates de entender que probablemente nunca vea el mundo de la forma en que lo ves tú, que las cosas en las que creo probablemente no se ajusten a las tuyas y que tengo una forma especial de amar.
Estoy a solo siete días de despedirme de otro año y llevo meses con una idea rondando en mi cabeza: es hora de ser libre.
-Cada día me preocupo por cientos de cosas que realmente nunca suceden e intento arduamente que las cosas funcionen porque la vida me exige cumplir con mis responsabilidades independientemente de si me siento bien o no para ello.
-Me equivoco demasiado porque soy muy humana aunque aprecio que creas que hago las cosas realmente bien, pero no es así y voy a seguir equivocándome con frecuencia.
-Detesto que me hagan promesas que no pueden cumplir porque no quiero esperar por cosas que no sucederán, esperar es doloroso y tengo más cosas dolorosas que sentir.
-Disfruto de estar feliz pero también disfruto de estar triste, me agradan ambas emociones porque significa que estoy viviendo.
-Yo río de verdad, a todo pulmón y me vas a escuchar a muchos metros de distancia, me gusta hacerlo, romper a risas es increíble y no quiero contenerme por nadie, así que procura no dar aquella mirada de vergüenza ajena; yo estoy feliz, déjame demostrar mi felicidad como yo quiera.
-Sé que probablemente no te guste la música clásica o la poesía porque lo encuentras deprimente o porque simplemente te hace sentir miserable, pero a mí me gusta, me hace sentir llena y en armonía; me hace sentir que poseo un alma y ésta baila de la emoción.
-Mi amabilidad no es un acto de hipocresía, yo ni siquiera intento caerte bien con eso; yo solo pienso que pudiste haber tenido un mal día y yo no quiero ser la causa de que tu día empeore.
-Me cuesta confiar, la confianza te da el poder de hacerme daño. Si te doy mi confianza te puedo asegurar que te estoy dando un regalo que una vez que perdiste no te voy a volver a regalar. Yo no voy a darte una segunda oportunidad para que me lastimes, ya me he hecho mucho daño yo sola, no quiero cargar heridas extras por personas que no lo merecen.
-Tengo miedo como la mayoría de las personas, pero no me gusta hablar de ellos. Si algún día te cuento alguno no lo tomes con gracia o los minimices, porque para mí son reales, me producen ataques de pánico, me hacen preguntarme si esa opresión en mi pecho es un invento de mi imaginación o si realmente me estoy muriendo.
-Que no conozca las mismas cosas que tú no significa que no haya tenido infancia. Yo tuve una educación distinta, yo viví cosas distintas y yo elegí crecer de una manera distinta.
-No te necesito en mi vida. No soy tu acto de caridad, así que por favor no te quedes cerca si en realidad quieres estar en otro lugar. Voy a apreciar más el que te vayas para ser feliz que el que te quedes por compromiso o porque creas debérmelo.
-Observo mucho y probablemente te he estado observando todo el tiempo. Por favor, ni me gustan las mujeres ni estoy cayendo en profundo amor solo porque te esté viendo. A mí me gusta buscar el sentido a la naturaleza humana, en realidad eres parte de mi estudio mental.
-No voy a esperar a que alguien esté muerto para reconocer cuánto lo amo. Para mí el tiempo se trata de AHORA, hay muchas cosas que voy a a llevarme a la tumba y no voy a permitir que el amor sea una de ellas. Si te estimo, aprecio o amo ten por seguro que voy a demostrártelo. Voy a abrazarte fuertemente, voy a mirarte con ojos de amor y por supuesto que voy a decirte cuánto te amo. Me da igual si el resto del mundo cree que es un acto que debe ser compartido en privado, yo te estimo, te aprecio o te amo y si te mueres hoy definitivamente vas a ser consciente de eso.
Déjame ser libre, no me juzgues por todas las buenas razones en las que crees que debería guiar mi vida. Esta es mi vida y quiero vivirla a mí manera, quiero aprender de cada error que cometa y quiero crecer de todas las maneras en las que quiera mientras eso sucede. Yo realmente comprendo tu posición, en serio busco una explicación para la manera en la que miras la vida, pero tú y yo no hemos crecido de la misma manera, con los mismos valores, rodeados de las mismas personas y con las mismas experiencias. La forma en la que tú y yo percibimos la vida no es la misma, así que aunque me guste la aprobación, para vivir necesito respirar y no de tu opinión; voy a apreciar cualquier comentario, por supuesto, pero jamás esperes que viva mi vida a tu manera. Si incluso así quieres quedarte cerca, tienes dos opciones: o miras hacia otro lado ante cada cosa que no te guste de mí o juzgas en tu mente, esa carga vas a tener que llevarla tú solo/a.
No voy a disculparme por vivir mi vida de la manera en la que yo he querido, si a alguien debo pedirle perdón, es a mí misma por hacerme tanto daño.
Podría seguir escribiendo por largas horas acerca de todo lo que represento, pero mi familia está afuera de esta habitación y voy a ir a recordarles cuánto los amo.
Desde tiempo atrás:
Johanna/Sheccid Juliet
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